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Hoy recibí una llamada inesperada para comunicarme sobre un olor muy desagradable. Alejandro, es uno de mis inquilinos estrella, me comunicó que  estaba casi  nadando en el dormitorio de su departamento y, con tono serio y desesperado, me dijo que estaba naufragando en agua turbia y repugnante, la cual sin control  se regresaba del desfogue de la ducha y del inodoro. Obviamente, él necesitaba urgente un gasfitero. “¡Lo quiero para ayer Valeria!”, exclamó. Lo que hice fue ponerme en su lugar, de pronto me sentí naufragando en aquella agua y esto me hizo reaccionar rápido y llamar de inmediato al gasfitero más veloz y confiable que por fortuna conozco, y que por cierto sabe lo que cuesta sus servicios. El diagnóstico del gasfitero fue un inminente atasco en las tuberías del desagüe del edificio debido a la falta de mantenimiento.

Esta es la experiencia que vivió una de nuestros actuales clientes y que, sin duda, a nadie le gustaría sufrir un incidente de tal dimensión.

Indudablemente, no es fácil llegar a un consenso entre propietarios de un edificio, y menos hacerlos cumplir con sus obligaciones. Es decir, mientras unos hablan en letras, otros hablan en números. Complicado de entendernos, ¿cierto?

Bien, cada propietario debe pensar seriamente en hacer cumplir el reglamento del edificio, por ejemplo, lo referente a los pagos de consumo de agua, limpieza, seguridad, etc. Esto es importante debido a que existen “propietarios inmunes”, quienes desacatan  el reglamento interno y acuerdos de la directiva. Las consecuencias de la informalidad nos llevan hasta el 40% de morosidad en los edificios, y esto se expresa en contemplar un edificio deteriorado de mal aspecto y devaluado.

Actualmente el 70 % de la directiva de los edificios son informales, quiere decir que el acuerdo es solo interno y que la directiva y el reglamento no están inscritos en Registros Públicos, este es la diferencia que cambia el panorama al momento de hacer algún reclamo de  parte de  un propietario en particular hacia la directiva, viceversa o entre vecinos.

Los óbices para formalizar se deben a los costos, una inscripción suele costar entre S/.2500.00  y S/.3500.00, la falta de liderazgo y compromiso en la junta de propietarios también son problemas que no dejan avanzar.

Formalizar es la única manera de que los propietarios tomen en serio su compromiso de cumplir con sus obligaciones, cuando existe buena administración y colaboración de la mayoría de propietarios ya no habrá lugar a la morosidad e injusticias; con la formalización se pueden tomar las acciones legales para solucionar tanto temas de morosidad como usurpación de áreas comunes.

Teniendo un edificio con buen mantenimiento y arreglos constantes su devaluación será menor y su venta será más rápida.

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